viernes, 10 de noviembre de 2006
Cuida bien de este día
Hace unos meses mantuve una entretenida conversación con una simpática nonagenaria acerca de uno los profesores que ella había tenido en el Instituto. Me llamó extraordinariamente la atención que pese al tiempo transcurrido recordaba con sumo detalle muchas cosas. Entre otras, unas palabras que me recitó de memoria, que les puso en el encerado e hizo escribir en sus cuadernillos dicho profesor a sus alumnos el último día de clase, muy poco antes del estallido de la Guerra Civil:
“Cuida bien de este día.
Este día es la Vida,
la esencia misma de la Vida.
En su leve transcurso
se encierran todas las posibilidades
y todas las realidades de la existencia:
El goce de la acción,
la dicha de crecer,
el placer de la esperanza.
El día de Ayer no es más que un sueño,
y el de mañana no es más que una esperanza,
pero un Hoy bien empleado,
hace de cada Ayer un sueño de Felicidad,
y de cada Mañana una visión de Esperanza.
¡Cuida, pues, bien de este día!”
Este texto, procedente al parecer de un poeta indio, a simple vista pudiera resultar hasta un tanto cursi, pero si se piensa detenidamente su significado, que es un sincero presente que un maestro les hace a sus alumnos, y además se tiene en cuenta lo que vivieron todos ellos de forma casi inmediata, me parece de una conmovedora hermosura y un valioso tesoro realmente inolvidable.
Imagen: Sophie Anderson, Portrait of a young lady, siglo XIX.