miércoles, 27 de junio de 2007

 

La flor de la pasión


«Existe en todos los sentimientos humanos una flor primitiva, engendrada por un noble entusiasmo, que va marchitándose poco a poco hasta que la felicidad no es ya sino un recuerdo».

Honoré de Balzac, La obra maestra desconocida, 1831.


Imágenes: Georgia O'Keeffe, Maple and cedar y Red Canna, 1923.

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Créditos


Estoy hasta las narices de que la gente entre al cine cuando la película está empezando, hablando y sin agacharse, sin pedir perdón ni tener la más mínima vergüenza, como si diera lo mismo, como si no molestaran a los demás, obstaculizándote la vista, obligándote a levantarte para dejarles pasar, a soportar el ruido que hacen y el olor que desprenden al comer palomitas y todo tipo de guarrerías.

De igual modo, estoy hasta las narices de que en muchos cines enciendan las luces y los encargados de la limpieza entren en la sala cuando todavía no ha terminado película.

Asimismo, estoy hasta las narices de que en casi todas las cadenas de televisión den paso a anuncios u otros programas sin que la película que uno está viendo haya llegado a su conclusión, mutilando una parte importante de las mismas, como es la referida a la autoría de casi todas las cosas que aparecen en ella.

Supongo que todas estas cosas obedecen a que la mayor parte de la gente no tiene el más mínimo interés en ver los títulos de crédito.

Pues bien, en mi opinión los títulos de crédito son interesantes y hasta entretenidos en sí mismos. A menos que esté muerto de cansancio, siempre me quedo a verlos. Me gusta ver cómo se llama ese actor desconocido para mi, en qué lugares se ha rodado la película, qué canciones son las que han sonado, etcétera, etcétera.

Pero es que, aparte de ofrecer información, a veces son una obra de arte, joyitas en miniatura. Quizá uno de los responsables de esto sea Saul Bass (1920-1996), un diseñador gráfico newyorquino que a partir de la década de 1950 revolucionó, además del cartelismo fílmico, el mundo de los títulos de crédito, llegando a trabajar con directores de la talla de Preminger, Alfred Hitchcock, William Wyler, Stanley Kubrick, Stanley Kramer, Robert Wise… contando como fiel escudera con su esposa Elaine.

He aquí algunas muestras de su arte:

Billy Wilder - The Seven Year Itch (1955)


Otto Preminger - The Man With The Golden Arm (1955)


Martin Ritt - Edge of the City (1957)


Delmer Daves - Cowboy (1958)


Alfred Hitchcock - Vertigo (1958)


Alfred Hitchcock - North By Northwest (1959)


Otto Preminger - Anatomy of a Murder (1959)


Alfred Hitchcock - Psycho (1960)


Robert Wise - West Side Story (1961)


Stanley Kramer - It’s a mad mad world (1963)


Otto Preminger - Bunny Lake Is Missing (1965)


Martin Scorsese – The Age of Innocence (1993)


Martin Scorsese – Casino (1995)


A Personal Journey With Martin Scorsese Through American Movies (1995)

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