martes, 2 de octubre de 2007
The Ghost of Tom Joad
Bruce Springsteen - The Ghost of Tom Joad
"En California nos encontramos con una curiosa actitud hacia un colectivo que garantiza el éxito de nuestra agricultura. A los emigrantes los necesitamos y los odiamos. En cuanto llegan a un distrito, se topan con esa antipatía atávica del lugareño hacia el extraño, el forastero, con un odio que se repite desde los comienzos de la historia, desde la aldea más primitiva a nuestras granjas industriales. A los emigrantes se los odia por los siguientes motivos: porque son sucios e ignorantes, porque traen enfermedades, porque su presencia en una población obliga a un incremento de los efectivos policiales y del gasto escolar, y porque, si se constituyen en sindicatos, pueden llegar a negarse a trabajar y arruinar cosechas enteras. Nunca logran ser admitidos en la comunidad ni en la vida de la comunidad. Son auténticos vagabundos a los que se les niega el derecho a integrarse en las poblaciones que necesitan de sus servicios.
Veamos quiénes son, de dónde vienen y por dónde vagan. Años atrás eran braceros de diversas razas a quienes se animó a venir, a menudo importados como mano de obra barata; los primeros fueron chinos, luego llegaron filipinos, los japoneses y los mexicanos. Eran extranjeros y, como tales, se les condenó al ostracismo y la segregación. Se les trataba como a ganado.
Cuando intentaban organizarse, los deportaban o los arrestaban y, sin defensores a los que recurrir, nunca conseguían llamar la atención sobre sus problemas. Pero no hace muchos años estos temporeros extranjeros empezaron a asociarse; aquello hizo saltar todas las alarmas y desembocó en una deportación masiva, pues ya había aparecido un nuevo contingente del que obtener mano de obra barata.
La sequía del Medio Oeste ha empujado a la población rural de Oklahoma, Nebraska y partes de Kansas y Texas hacia el oste. Sus tierras están agotadas y ya no pueden regresar a ellas. Miles de agricultores cruzan estados enteros en viejos automóviles renqueantes. Viven en la miseria, tienen hambre y se han quedado sin hogar, dispuestos a aceptar cualquier jornal para poder comer y dar de comer a sus hijos.
Estos nuevos vagabundos suelen llegar a California después de haber agotado todos sus recursos para viajar hasta aquí; incluso tienen que vender por el camino viejas mantas, herramientas y utensilios de cocina para pagar la gasolina. Llegan confundidos y derrotados, a menudo casi muertos de hambre, con una única necesidad que cubrir: encontrar trabajo, por el salario que sea, para poder dar de comer a su familia".
John Steinbeck, Los vagabundos de la cosecha, Barcelona, Libros del Asteroide, 2007.
Woody Guthrie - Blowin' Down the Road
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