sábado, 28 de octubre de 2006
A orillas del Ganges
Ayer ví una película reciente, sencilla, tierna, estremecedora, comprometida y recomendable: Agua (Water, 2005), dirigida por la directora india –y también guionista– afincada en Canadá Deepa Mehta, que cierra con esta entrega una trilogía iniciada por Fuego (Fire, 1996) y continuada por Tierra (Earth, 1998) en la que pretende llamar la atención sobre determinados tabúes de la sociedad india.
A pesar de que contaba con las pertinentes autorizaciones gubernamentales, debido a la intolerancia de algunos grupos radicales, a sus continuas protestas y amenazas, la película tuvo muchos problemas en sus inicios, se suspendió el rodaje y hubo que buscar un lugar fuera de la India para proseguirlo.
El proyecto estuvo interrumpido durante cuatro años hasta que pudo retomarse en Sri Lanka con un nuevo reparto. Lo cierto es que éste es maravilloso, sobre todo en el plano femenino, que es el más importante de una historia de amor, sufrimiento y esperanza que transcurre con el Ganges de telón de fondo durante la época de Gandhi. Tanto Seema Biswas (Shakuntala), como la preciosa Lisa Ray (Kalyani), la jovencita cingalesa Sarala (Chuyia), y el resto de mujeres que aparecen, realizan un trabajo absolutamente magistral.
En palabras de Salman Rushdie, que suscribo íntegramente, “Agua (Water) de Deepa Mehta es una película magnífica. El reparto coral de mujeres en la casa de viudas es excepcional: intimistas, dolidas, heridas, envidiosas, corruptas, tiernas, duras. El fluido lirismo de la cámara contrasta extrañamente con las áridas dificultades de las vidas de los personajes. Es una película con comentarios serios acerca de la aplastante situación vivida por las mujeres sometidas a religiones y dogmas sociales atrofiados. Tiene la gran cualidad de contar la historia desde el interior de sus personajes, sacando el drama humano y conmoviendo el corazón de modo inolvidable”.
La directora arremete contra lo que ella llama “el fomento de la ignorancia” a través de las religiones en general y retrata un mundo tan distinto al nuestro en muchos sentidos como fascinante. Véanla y luego me cuentan.
Imagen: Fotografía realizada por Ettan Ettan.
